“Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo…”
1 Corintios 1:1a
El apóstol Pablo, uno de los más grandes líderes de la Iglesia cristiana de los primeros siglos, inicia en muchas de sus cartas con la expresión de que él ha sido “llamado a ser apóstol”, y es bastante interesante notar que él está bien claro hacia cuál ha sido el llamado que Dios ha hecho para su vida en particular, pero, una pregunta mega importante que surge aquí para cada uno de nosotros sería: ¿Cuál es mi llamado?
Cierto, quizás Pablo conto con la “buena fortuna” de que Dios tuvo misericordia de él y se le apareció cuando iba en camino a Damasco a capturar cristianos y le dejo ver de una forma extraordinaria cuál era su llamado, aún así y a pesar que Dios no se nos apareció a pleno mediodía dejándonos ciegos para decirnos nuestro propósito de vida, lo cierto es que la pregunta sigue siendo valida para todos nosotros y lo sabemos perfectamente en nuestro interior, porque todos deseamos saber: ¿Cuál es mi llamado?
Tampoco podemos pensar que Dios nos ha llamado a todos a ser apóstoles (como Pablo), porque sabemos que la Biblia dice que el Padre ha repartido funciones y dones espirituales en Su iglesia como Él ha deseado (1 Corintios 12:28-30), pero, ¿Porqué es importante este tema?, examinemos más el texto bíblico de este saludo en especial hacia la iglesia de Corinto:
“Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes,”
1 Corintios 1:1
Es importante este tema porque Pablo sabía perfectamente que él estaba cumpliendo la voluntad de Dios con lo que estaba haciendo, siguiendo su llamado particular de ser apóstol, quiere decir que cuando sabemos cuál es nuestro llamado podemos confiar plenamente en que al seguirlo estamos cumpliendo a cabalidad la Voluntad de Dios para con nuestras vidas, ¿Cómo estar seguro de eso?, pues, un pequeño pensamiento que puede servirnos de guía es que:
“La Voluntad de Dios nunca contradice la Palabra de Dios.”
Otro dato que incluye Pablo es que él no saluda sólo, él está junto al hermano Sóstenes, sabes, Dios nos ha diseñado para trabajar en equipo, ese fue su plan desde el principio y es la forma en que a Él le gusta nos desarrollemos, a pesar que Dios sabe que no todas las personas desearán seguirlo, tampoco podemos decir que estamos del todo solos en esto. Dios ha propiciado que exista una iglesia que es un solo cuerpo, y nosotros en conjunto, podemos dar mucha más gloria a Dios que como “yaneros solitarios”.
Pero, ¿Existirá algún “llamado general” para todos nosotros que podamos seguir de pista?, para que sea una guía bíblica mientras estamos en el proceso de discernir en nuestras vidas personales cuál es el llamado para el que Dios nos ha creado, pues, ¡Veamos como continúa el saludo!
“a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo,”
1 Corintios 1:2a
Dios nos llama a todos nosotros a ser santos, así que sí todavía no estas muy seguro de cuál es tu llamado personal, aquí tienes un buen punto de donde comenzar. Dios te llama a ti, a mí y a cualquier otra persona que invoque el nombre del Señor Jesús, a que seamos santos, ser santo significa:
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“ser de especial virtud y ejemplo”
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“ser dedicado, consagrado, apartado para Dios”
Eso puede sonar demasiado difícil para nosotros, estamos de acuerdo, principalmente por dos razones; en primer lugar puede sonarnos muy complicado porque no hemos decidido aceptar que Jesús sea el Señor de nuestras vidas, una cosa es recibirlo o tener conocimiento sobre Él y otra muy diferente es hacer lo que Él nos manda hacer. Sí aceptas que Jesús es el Señor en tu vida, aprenderás a disfrutar de una regla simple: Él manda y yo obedezco.
La otra razón por la que puede ser demasiado complicado ser santo es que, ciertamente todos los días cometemos errores y fallamos, así que, ¿Cómo puedo ser santo sí no puedo mantenerme un día sin mancha?, y es aquí donde necesitamos experimentar de la gracia de Dios, la gracia de Dios es la que nos permite poder estar frente a Él en oración, la que nos permite a pesar de nuestros errores venir confiadamente hacia Él sabiendo que ya nos ha perdonado y que nos ama incondicionalmente.
Leamos como termina el saludo:
“… llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.”
1 Corintios 1:2b-3
Conclusión
¡Cuando seguimos nuestro llamado, cumplimos con la Voluntad de Dios y podemos disfrutar de Su gracia y Su paz día a día!
Reto
¿Sabes cuál es tu llamado?,
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Sí no lo sabes: ora, medita, instrúyete, pide consejo e investiga cuáles son tus dones y habilidades para lograr entender hacia qué te ha llamado Dios.
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Sí lo sabes, ¡Síguelo!
¡Que Dios te bendiga y guíe siempre!
Marcos Zúniga