“Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa.”
1 Pedro 3:1-2
A medida vamos aprendiendo de Dios y Su Voluntad a través de Su Palabra, podemos encontrarnos con mandatos que Él nos ha dejado que quizás de entrada no nos agraden del todo, uno de ellos podría ser en el caso de las mujeres casadas, la instrucción de la Sujeción que debe tener la esposa dentro del matrimonio al marido, incluso muchas personas tienden a criticar la Biblia de “machista” solamente por el hecho que Dios nos ha dejado lineamientos y pautas para llevar una vida santa y agradable al Señor, y esto incluye sobre como conducirnos dentro del matrimonio.
Pero, ¿Será que Dios es anticuado en sus mandatos o se equivocó en Su Palabra? ¿A qué se refiere exactamente con eso de “sujeción”? ¿En realidad será “machista” pensar así? ¿Hasta dónde llega la sujeción de una esposa? Vamos a tratar de analizar y respondernos a estas y otras preguntas que podemos hacernos con mucha honestidad en nuestro diario vivir, así que analicemos los siguientes puntos:
1.- ¡No es el mandato el importante, sino a Quién buscamos agradar!
“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.”
1 Pedro 3:3-4
Existe una frase bastante divertida, quizás la hayas escuchado antes, es: “ella asea sólo por donde pasa la suegra”; y lo que deseo ilustrar con esa frase y con los versículos anteriores es que las acciones que implican el ser sujeta al marido deben nacer por un deseo ferviente de obedecer a Dios, porque es Dios quién lo estableció así en Su Palabra. Nada más. Claro que, al ser una convicción personal, debería nacer de nuestra relación diaria con Dios, en ningún momento debería llevarse a cabo por obligación por parte de la esposa, al contrario, es por una libre elección en donde se demuestra el carácter y el trabajo de Dios en la vida de ella.
Además, el resultado final es importantísimo: “para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas”; la Biblia nos enseña que Dios está interesado en que las personas le conozcan, a Dios le importa y Él desea que cada uno de los seres humanos llegue a conocerle, ese es uno de Sus anhelos, muchas veces las personas no necesitan que les hablemos de la Biblia, nuestras acciones pueden ser tan fuertes que impacten tanto en sus pensamientos que de verdad crean en Dios y que Él está haciendo algo en nosotros. Esta es la mejor forma de predicar a Dios, sin usar palabras.
2.- ¿Qué es la Sujeción?
Según el Diccionario de la RAE, la palabra “Sujeción” significa:
Unión con que algo está sujeto de modo que no puede separarse, dividirse o inclinarse.
Ahora bien, en la vida práctica, ¿Qué significa la sujeción de una esposa? Pues se trata más que todo de una actitud, es una decisión tomada en favor de respetar el rol del liderazgo que el esposo debe llevar en el hogar; por ejemplo en áreas claves como el manejo de las finanzas del hogar o la educación de los hijos, es importantísimo que la esposa no tome decisiones separadamente, sin consultar antes la opinión del marido, sí ella lo hace se corre el riesgo de que se comiencen a dividir las opiniones y lejos de ser cada día más una unidad, el matrimonio se puede comenzar a romper lentamente y deteriorar la relación.
Sujeción NO es dejar de pensar, opinar, proponer o planificar. Es indispensable que la esposa pueda dar sus puntos de vista y ser la ayuda idónea que el hombre necesita. Una mujer que no propone nuevas ideas es lo más distante de una verdadera colaboradora. Quizás el Espíritu aquí, nos indica que todo tiene un orden, pero también ninguno de los dos es más que el otro, ni el hombre es más que la mujer, ni la mujer más que el hombre.
3.- ¿Es “machista” la Biblia al enseñar eso?
Para nada. La Biblia no es “machista”, leamos como termina el pasaje:
“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.”
1 Pedro 3:7
Dios nos enseña que existe un orden que Él ha diseñado, pero que en ningún momento esto nos da “derecho” de tratar a las esposas como queramos, esto sencillamente no es así. El esposo debe por obediencia a Dios, tratar a su mujer como a vaso más frágil, además de vivir con ellas sabiamente, dicho sea de paso, la verdadera sabiduría es la que proviene de Dios y Su Palabra.
Las esposas son coherederas, esto quiere decir que están exactamente a nuestro mismo nivel ante Dios, no importando que el hombre es el responsable o líder en el matrimonio, cada uno (marido y mujer) deben buscar agradar a Dios con sus propias acciones y en sus propios roles porque cada uno dará cuentas de ellas a Dios un día.
4.- ¿Hasta dónde llega la Sujeción?
Quiero usar dos versos para que nos sirvan de parámetros de hasta dónde debe llegar la sujeción de una esposa, leamos:
“y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.”
Santiago 4:17
Puede ser que en alguna ocasión el esposo pida o desee que la esposa le acompañe en algo que es incorrecto, sí ella sabe que no está bien y lo hace, para ella también es como sí hubiese pecado. En este tipo de casos, ella debe recordar que la sujeción es por obediencia a Dios y que por ende, es a Dios a Quién está tratando de agradar, no se puede buscar agradar al esposo desagradando a Dios. Como dijeron los apóstoles: “Es más necesario agradar a Dios antes que a los hombres.”
“El avisado ve el mal y se esconde;
Mas los simples pasan y reciben el daño.”Proverbios 22:3
Hay situaciones en las que se puede prevenir “recibir el daño”, por eso es importante tener el discernimiento para saber que decisiones tomar, por ejemplo, sí el esposo está ebrio, nunca sería recomendable que él manejará y la esposa por una mal entendida “sujeción” fuera de pasajera, esto podría ocasionar un grave daño a la salud física de ella, hay que tener cuidado y evitar ciertas situaciones.
Conclusiones
La Sujeción debe nacer por obediencia a Dios y no a los hombres, es una responsabilidad de cada mujer, así como cada hombre tiene la responsabilidad de tratar como vaso más frágil a su esposa, pero cada quien dará cuentas de sí ante Dios, así que no es excusa que la pareja no haga lo que Dios le manda hacer. Debe existir el discernimiento en la esposa para saber cuando es sujeción y cuando es necesario tener cuidado.
¡Muchos ánimos y que Dios te bendiga!
Marcos Zúniga