De Chespirito aprendí que cuando no se tiene nada una «torta de jamón» es más que suficiente, que a veces son necesarios los baldes de agua para salirnos de nuestras «chiripiorcas», que aún en las dificultades «todo está friamente calculado» y no digo más porque «me da cosa».
Descanse en paz Roberto Gómez Bolaños, mi respeto y admiración hacia su trabajo. Gracias por dar tanto a tantos.
– Marcos Zúniga
Hasta luego al Shakespeare latinoamericano…