«12 Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Jehová. 13… ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice.»
Sofonías 3:12-13b
Solamente en la humildad, reconociendo nuestra pobreza de espíritu es que podemos confiar plenamente en Dios, cuando estamos orgullosos es imposible alcanzar Su favor…
¡Que bien se descansa en las Manos de Dios!
Dulces sueños