En estos días de diciembre el año casi se termina, por cierto: ¿cuál es este año que casi se acaba? Ahora mismo es el 2015… ¿2015 años de qué o qué? Todos nosotros pensamos en años «antes de Cristo» y «después de Cristo»… Pero, ¿por qué?
Esta es la historia que cambió la historia y se puede resumir en 2 regalos, por cierto que en esta época a todos nos gusta recibir regalos, al menos yo no he conocido a nadie que cuando le den un regalo haga una cara fea y diga: «odio los regalos», hasta ahora no conozco a nadie así, por lo cual espero que al hablar de regalos te llame la atención.
Pues bien, para comenzar diré que sólo hay 2 tipos de regalos:
- Regalos por gracia: Es cuando sencillamente no mereces el regalo pero puede ir mucho más allá de eso, en realidad puede ser que merezcas un castigo pero se te da un regalo, eso es genial, ¿cierto?
- Regalos por gratitud: Para ilustrar este punto te contaré brevemente algo que me pasó hace algunos años atrás; una hermana del grupo de la iglesia estaba teniendo muchos problemas porque en su familia estaban enfermándose bastante y como conozco que se gasta mucho en esos casos Dios puso en mi corazón el deseo de darle una ofrenda para ayudarle, unos pocos días después ella me regalo un llaverito que hasta la fecha uso. Ese fue un regalo de gratitud, es decir, ella se sintió tan agradecida que le nació regalarme algo. No era un pago, era un regalo de agradecimiento.
Si te fijas bien puedes notar que sí das algo por merecimiento entonces no es un regalo, es un premio… así que cuando le dicen a los niños: «si se portan bien les voy a regalar…» están diciendo algo incorrecto, porque no es un regalo, es un premio o incentivo debido al buen comportamiento.
Así que la historia que cambió la historia trata sobre 2 regalos, 1 de cada tipo y está descrita en el libro de Mateo 1:18-25, 2:1-12.
El primer regalo…
«21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»
Mt. 1:21
Jesús: Su nombre significa «El Salvador», y es que Su pueblo necesita un salvador… sencillamente no puede salvarse solo, porque para pertenecer a Su pueblo debes reconocer que estás lleno de pecado y que no puedes limpiarte por ti mismo.
Ahora bien, ¿de cuáles pecados salva Jesús? Pues… ¡De todos! Si no, dijera algo así como: «él salvará a los mentirosos de la mentira», «a los lujuriosos de la lujuria», «a los ladrones del hurto», etc. pero no dice así, Él salva de todos los pecados, y lo más maravilloso es que lo hace gratuitamente por medio de la fe, porque es un regalo no un premio. Si tú crees eso, entonces Dios cumple con Su Palabra y ahora Él está contigo.
Ése es el regalo de navidad de Dios hacia los hombres, se trata de que Él dio a Su Hijo amado.
El segundo regalo…
«11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.»
Mt. 2:11
¿Si recuerdas esa historia? Los magos de oriente (que no dice la Biblia que hayan sido 3 ni tampoco dice nombres) llegaron a su destino, adorar al niño Jesús, y pues eso les costó un viaje largo.
No vamos a alegorizar que podrían significar el oro, incienso y mirra; porque lo realmente importante a destacar aquí es que estos magos de sus tesoros, de lo que es valioso, de lo que les cuesta; ellos sacaron de lo mejor. Lo hicieron con gozo, lo hicieron con fe.
Ése es el regalo de navidad de los hombres hacia Dios, en nuestro caso, se trata de darnos a nosotros a mismos.
Te pregunto: ¿has aceptado el regalo de Dios hacia ti? Si aún no, nada te separa de recibirlo. Efesios 2:8-9 en Traducción en Lenguaje Actual dice:
«8 Ustedes han sido salvados porque aceptaron el amor de Dios. Ninguno de ustedes se ganó la salvación, sino que Dios se la regaló. 9 La salvación de ustedes no es el resultado de sus propios esfuerzos. Por eso nadie puede sentirse orgulloso.«
¿Lo ves? Te dije que era un regalo 🙂
… Y solamente si lo has recibido, en completa gratitud, es que tú podrías darle tu regalo a Él, ¡la buena noticia es que Dios nos quiere suyos por completo!
Así es, en resumen, la historia que cambió la historia, y cambió mi historia.
¡Feliz navidad!