«46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? 47 Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. 48 Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.»
Lucas 6:46-48
 
Hace unos días nos percatamos en mi casa que la cisterna seguía trabajando a pesar que nadie tenía abierta ninguna llave, y por uno de los drenajes laterales de la casa salía un chorro de agua que daba pesar ver.
 
Hace poco en el lote de al lado comenzaron a construir e hicieron el hoyo donde iría la cisterna de ellos, la sorpresa fue grande al ver la cantidad exagerada de agua que había en el nivel subterráneo de nuestra casa.
 
Literalmente y como 3 veces el «maistro» me dijo: «Esa casa no se ha caído porque este suelo es pura roca, si fuera tierra normal ya se hubiera caído». Casi cada vez fue inevitable para mí pensar en ese texto de Lucas 6:46-48 y que también se haya en Mateo 7:24-27, lo estaba viendo en la vida real y adquirió para mí otra dimensión:
 
La casa que con tanto esfuerzo y sacrificio mi mamá ha construido se pudo venir abajo si no es porque estaba cimentada sobre roca.
 
Y es exactamente así con Dios: cada uno puede elegir sobre qué tipo de fundamento construir su propia vida pero según el pasaje bíblico básicamente sólo hay 2 tipos: roca o arena.
 
La roca es HACER lo que Dios dice (no sólo saberlo). La arena es hacer lo que estime mejor, o depender de cómo me sienta, dicho de otra manera más coloquial es hacer lo que me de la gana (aún sabiendo lo que Dios dice).
 
En la familia, en las finanzas, en mis relaciones con las personas, en el trabajo, etc., ¿Qué haré? ¿Haré lo que Dios dice? Sí es así, puedo estar seguro que aún cuando vengan los problemas podré seguir estando firme porque estaré parado sobre la roca. Sí no, estoy edificando mi vida sobre un terreno demasiado arriesgado.
 
«7 Construyan su vida sobre una base sólida, bien arraigada en Cristo; fortalezcan su fe, vivan en la verdad que se les enseñó y siempre sean agradecidos.»
Colosenses 2:7
El mejor fundamento para la vida

Marcos Zúniga


Discípulo de Jesús | Investigador en Formación | Máster | Ingeniero en Sistemas Computacionales | Promotor de Arte Dramático | Blogger


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