«Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte.»
Éxodo 32:19
Sin duda fue un cuadro terrible el que presenció Moisés cuando bajo del monte pero su reacción muestra que se guió por las emociones arrojando y quebrando las tablas, tablas que eran «…obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas.» (Éxodo 32:16).
Esas tablas que Dios escribió y que eran Su obra son algo único en las Escrituras, esto significa que Moisés, en su enojo; destruyó la obra de las Manos de Dios.
Pero es similar conmigo y contigo, cuando por nuestras emociones tomamos malas decisiones y destruimos la obra de las manos de Dios en nuestras vidas, puede ser un enojo, un enamoramiento, un resentimiento, una envidia, etc., venimos y somos igual que Moisés y destruimos… Las emociones no son malas, pero dejarnos llevar por ellas sí que puede serlo.