Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.
Éxodo 25:8
Ahora, nosotros ya no tenemos que hacer un santuario para Dios, Él ha decidido venir a morar en nosotros en persona, la pregunta es:
¿Qué clase de santuario soy para Él? Y sí tengo resentimientos, envidias, pleitos, inmoralidades, orgullo; ¿No estoy siendo un santuario chuco?
Amado Dios: Quiero ser un santuario limpio para ti. Ayúdame a limpiarme de toda la maldad de mi corazón engañoso y perverso. Que hacer tu voluntad me agrade cada día y me guarde en tu presencia. Amén.
Santuarios chucos