Hace algún tiempo tuve la oportunidad de leer un artículo súper interesante acerca de la diferencia entre un “Liderazgo de Grupos” y “Liderazgo de Equipos” escrito por el ex entrenador de la Selección Nacional de Fútbol de Honduras, el colombiano Luis Fernando Suárez; y me puso a reflexionar mucho sobre la forma en que practicamos el liderazgo dentro de los grupos de crecimiento de mi iglesia local, espero que esta breve lectura pueda ayudarte a reflexionar a ti también en tu liderazgo espiritual y cómo lo ejerces, estés donde estés.
A continuación transcribo íntegro parte del artículo:
¿Grupo o Equipo?
“Jugar como un equipo es tener organización, tener determinadas regularidades que hacen que en los cuatro momentos del juego, todos los jugadores piensen en función de la misma cosa al mismo tiempo.”
José Mourinho
Grupo y equipo son dos palabras que, aunque se usan indistintamente, tienen muy diferentes significados.
El Grupo está compuesto por un conjunto de personas que no tienen objetivos en común, que no llevan a cabo tareas complementarias, cuyos resultados dependen de la voluntad de cada individuo. Podría asegurarse que es fácil formar un grupo. De hecho, si falta una persona, no se nota la ausencia y cualquiera puede ocupar su sitio sin preparación o entrenamiento.
El Equipo lo componen personas que tienen ante todo, objetivos comunes. Sus integrantes sí están obligados a tener un profundo conocimiento unos de otros, a conocer limitaciones y fortalezas, a crear sinergias y a apuntar a los resultados como un logro colectivo y no individual. No es fácil formar un equipo. Es un proceso que requiere tiempo para avanzar en un período de acoplamiento. Por eso, cuando falta alguien sí se nota su ausencia.
La clave del éxito de un equipo es la estructuración y la compenetración de un conjunto de valores compartidos del cual se desprende el patrón de actividad.
Los integrantes de un equipo tienen claramente definidos los roles de acuerdo con la especialización. Cada uno busca la excelencia de su aporte. Y el equipo cuenta con un líder o con los líderes necesarios para coordinar los recursos y las acciones y permitir el alcance de las metas trazadas.
En síntesis, un equipo tiene identidad colectiva, un espíritu participativo y un sentido de propósito y patrones estructurados de interacción. Cada miembro desempeña un rol específico, responde a tácticas y sistemas que debe respetar y un enorme compromiso con la tarea.
Por ello, para poder construir un equipo se deben precisar los resultados, declarar los objetivos a conseguir y las expectativas. Su líder debe asumir la responsabilidad total de todas sus decisiones, pero cada miembro del equipo debe saber cuál es su tarea personal en el equipo y conocer sus capacidades individuales.
Un equipo debe experimentar e innovar, medir con indicadores correctos, actuar constantemente, a medida que se vaya progresando aumentar el ritmo o la velocidad y pedir retroalimentación en el seno del grupo.”
Luis Fernando Suárez. DT. Selección Nacional de Honduras en Brasil 2014.
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¿Liderazgo de Grupos o Liderazgo de Equipos?
“Los pensamientos con el consejo se ordenan;
Y con dirección sabia se hace la guerra.”Proverbios 20:18
Es bastante interesante, de verdad que sí, en las iglesias existen líderes y estilos de estructurar las mismas, por ejemplo pueden existir los Pastores como cabezas de la iglesia y Diáconos como líderes o responsables de los “Grupos de Crecimiento”, “Células” o “Iglesias en Casas”; pero cabe preguntarse sí: ¿Somos líderes de Grupos o de Equipos?
Por todo lo anteriormente expuesto podemos ver claramente que es todo un reto formar un Equipo, pero como líderes, precisamente ése debería ser nuestro reto: Liderar Equipos.
Equipos compuestos por discípulos cuyos principales anhelos y sueños sean buscar conocer mas a Dios y todo esa pasión desemboque en obedecer más Su Palabra, que es la Biblia.
Como Líderes de Equipos podemos y debemos conocer mucho más a las personas que Dios ha puesto como parte del Equipo, para de ésta manera aprender más los unos de los otros y poder explotar apropiadamente todos los dones, talentos y habilidades que Dios nos ha dado según su singular voluntad ha deseado. Este es un factor clave y se llama delegar.
Además, los Equipos no existen sólo porque sí; tienen objetivos, una razón de ser. Todo grupo de cristianos en cualquier lugar del mundo tiene eso precisamente. Todos tenemos un gran objetivo, una razón de ser, Jesús mismo nos la dejo antes de su ascensión, la podemos leer en Mateo 28:18-20 y es conocida como la Gran Comisión. Es tarea del Líder impregnar de pasión hacia esta visión en común del Equipo.
Y la marca distintiva que nos identifica, en otras palabras que nos brinda una identidad con la que cualquier persona, sin importar sí conoce de Cristo o no, nos puede reconocer que formamos parte de este gran Equipo de Dios es el amor.
“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”
Juan 13:35
Así que, ¿Cómo te sientes ahora?… Crees que: ¿Eres un Líder de Grupo o de Equipo?
¡Te reto!
¡Conviértete en Líder de un Equipo que de la Gloria de Dios!
¡Que Dios te bendiga!
Marcos Zúniga