Ester no declaró cuál era su pueblo ni su parentela, porque Mardoqueo le había mandado que no lo declarase.
Ester 2:10
Ester es un personaje clave en la historia del pueblo de Israel, su historia se sitúa en esos 70 años que fueron expatriados por otros imperios de la época, primero Babilonia y luego Media y Persia; aquí encontramos una mujer valiente pero, en lo particular el aspecto que más me ha cautivado de ella: Una mujer obediente.
Atributo que en definitiva, es digno de imitar por todos nosotros.
En el contexto de Ester capítulos 1 y 2, se narra que el rey Asuero había hecho como una especie de concurso de belleza para buscar reina; y se dice también que Ester era realmente muy bonita así que entró al concurso…
Mardoqueo, su padre adoptivo, por alguna razón desconocida le instruye que no diga cuál era su origen y ella siguió sus instrucciones; luego, cuando le tocó el turno en el certamen, nuevamente se notó que siguió instrucciones, ahora de Hegai:
Cuando le llegó a Ester, hija de Abihail tío de Mardoqueo, quien la había tomado por hija, el tiempo de venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de todos los que la veían.
Ester 2:15
Y aún una tercera vez en este mismo capítulo se resalta su actitud humilde de obedecer:
Y Ester, según le había mandado Mardoqueo, no había declarado su nación ni su pueblo; porque Ester hacía lo que decía Mardoqueo, como cuando él la educaba.
Ester 2:20
Vamos, que sí algo se repite 3 veces, es por algo.
Ahora bien, me puse en el lugar de Ester y pensé lo siguiente:
¿Y qué tiene de malo decir de dónde viene uno pues? ¿Es que acaso Mardoqueo se avergonzaba de decir que era judío? ¡Pero que mal patriota!
Pero, gracias a Dios Ester no pensó así, ella simplemente siguió instrucciones. Ahora bien, una mejor pregunta es: ¿De dónde sacó esta mujer esa obediencia? Creo, sinceramente, que la sacó del profundo amor y agradecimiento que sentía por su padre adoptivo, unos versos antes leemos:
Y había criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, porque era huérfana… Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya.
Ester 2:7
Obediencia Basada en Amor
¿Sabes algo? Mi mamá fue una niña huérfana. Cuando ella era apenas una niñita sus padres murieron, así que la criaron unos tíos de ella; a los cuales no tuve el placer de conocer porque fallecieron cuando yo era un bebé. Mi segundo nombre: Enrique, es en honor a ese gran señor.
Siempre que mi mamá habla de ellos es con tanto amor, respeto y gratitud; que se nota, y mucho.
Imagino que Ester sentía algo así por Mardoqueo, su padre adoptivo, sin el cual hubiera sido una huérfana solitaria más en este mundo cruel.
Entonces entendí que la mejor obediencia es la que nace de un corazón agradecido.
El Espíritu que ustedes han recibido ahora no los convierte en esclavos llenos de temor. Al contrario, el Espíritu que han recibido los hace hijos. Por el Espíritu podemos gritar: «¡Querido padre!»
Romanos 8:15 PDT
Dios, en Su amor y por Su gracia, nos ha hecho hijos adoptivos de Él desde el momento que confiamos en el Señor Jesús como nuestro Salvador y entendemos que Su sacrificio en la cruz nos limpia de todo pecado.
Sí Dios nos adoptó como hijos Suyos (aún cuando éramos sus enemigos), ¿Es gran cosa sí hacemos caso a las cosas que Él nos manda hacer?
Creo que no… Excepto que se nos olvidé de dónde nos sacó Dios y todo lo que Él ha hecho por nosotros: ¿Lo ves? El punto es que nuestro amor por Dios nos lleve a desear obedecerle, no es algo obligado, es un deleite.
Concluyendo…
Mientras tenía mi tiempo con el Señor un día de esta semana, estaba en un lugar apartado dentro de mi carro, y por comodidad me pasé al asiento del pasajero y en un momento de silencio vi el timón.
Realmente me gusta mucho conducir, lo disfruto tanto desde los 19 años, pero sólo hay un pequeño problema: ¡No puedo ser pasajero y conductor a la vez!
Entonces entendí que Dios y yo NO podíamos manejar mi vida al mismo tiempo…
O le obedezco a Él, o le hago caso a mi corazón; el único detalle es que el 100% de las veces que he hecho caso a mi corazón salgo lastimado, y de chascada termino hiriendo más gente.
Despedida
La obediencia de Ester me inspira a confiar en Dios, porque Él sabe que es lo mejor para mí, todo el tiempo.
¿Y tú que opinas, querido amigo?
¡Dios te bendiga!
Marcos Zúniga