“Nunca se cansen de orar. Oren siempre con gratitud.”
Colosenses 4:2 NBV
Al final de la carta a los Colosenses, Pablo nos deja una serie de instrucciones que terminan en el capítulo 4, con un tema en particular en los versos 2 al 6, que me ha dejado meditando bastante estos últimos días y en el que se basa el presente artículo, ¿Me acompañas a desmenuzar este pasaje?
Oraciones Orientadas al Evangelio
“Oren también para que Dios nos conceda muchas oportunidades de proclamar el mensaje, pues por ello estoy preso. Oren que pueda expresarme claramente, que es como debo hacerlo siempre.”
Colosenses 4:3-4 NBV
Siendo sinceros esta petición ha sido poco usual en mis oraciones, no sé en tu caso pero pensemos un poco en cosas por las que se suele orar o incluso pedir que lo acompañen a uno en oración, puede ser por ejemplo:
- Por algún miembro de mi familia o por protección para mi familia,
- Por salud, puede ser que alguna enfermedad está probando nuestro corazón o el de algún ser querido,
- Por una oportunidad de trabajo o tener un mayor ingreso para mejorar finanzas,
- Por adquirir un carro, una casa o alguna otra propiedad,
Hay un largo etcétera aquí, y tú: ¿Por qué sueles orar?
Lo interesante es que Pablo estando preso pide a los creyentes que oren para que Dios le abra «muchas oportunidades» de comunicar el Evangelio, quizás si fuera yo pediría a los demás que oren para que Dios me sacara de la cárcel; pero no es el caso de Pablo puesto que estaba preso precisamente por predicar las buenas noticias del amor de Jesucristo a las demás personas.
Así que esto es un tema de prioridades, para Pablo la salvación de las demás personas era algo de altísima prioridad, quizás, era lo único realmente importante… ¿Y para ti lo es? Si lo es se notara de la siguiente manera:
Conductas Orientadas al Evangelio
“Pórtense sabiamente delante de los que no creen en Cristo, y aprovechen bien las oportunidades. Hablen siempre con buen gusto y de forma amena. Así podrán contestar siempre las preguntas que les hagan.”
Colosenses 4:5-6 NBV
A continuación, en los versos 5 y 6, que están ligados con este tema; vemos algo práctico para comunicar el Evangelio: Nuestra conducta.
En el mundo de los negocios se dice que un empresario es aquel que tiene los ojos abiertos a buscar oportunidades de hacer negocios, de manera similar, un evangelista es alguien que tiene los ojos espirituales abiertos a buscar oportunidades de comunicar el Evangelio.
Nuestra conducta y nuestras maneras son claves, nadie quiere estar con el amargado quejumbroso, muchísimo menos escucharían de alguien así buenas noticias como lo es el plan de salvación que Dios nos ofrece gratuitamente por Su gracia mediante el Evangelio de Cristo mostrado por Jesus en la cruz y Su resurrección.
Además, los NO creyentes siempre tienen preguntas sobre nuestras convicciones o sobre la doctrina, por eso se nos instruye que nuestras conversaciones deben ser amenas y de buen gusto, aprovechando bien el tiempo y las oportunidades que tengamos.
Parafraseando lo que dice un amigo:
«Si Dios respondiera que sí a tus oraciones: ¿Cuántas personas serían salvas esta semana?»
– Javier Yanes
Algunas ideas y despedida
Algunas ideas practicas sobre este tema:
- Ora específicamente por la salvación de un incrédulo que tengas cerca, puede ser un familiar, amigo, compañero de trabajo, etc. (es posible que seas la única persona en el mundo orando por él / ella).
- Ora para que Dios te de una oportunidad para exponerle el Evangelio.
- Pídele al SEÑOR que te permita explicar con la mayor claridad posible el Evangelio a esa persona por la cual has estado orando y que Dios toque su corazón.
- Aprovecha bien las oportunidades, ese almuerzo en el trabajo puede ser una cita de Dios con esa persona para que entienda el plan de salvación y confíe en Cristo como su Salvador.
- No te desanimes si esa persona no cree en el SEÑOR, nuestro trabajo es tirar las redes, la pesca milagrosa es obra de Dios… así que sigue orando por esa persona y por más personas…
- Incluye en tus oraciones a los hermanos en la fe que quizás actualmente no estén corriendo la carrera, para que tengan un deseo intenso de volver a crecer espiritualmente y obedecer a Dios, puesto que la mies es mucha y hacen falta obreros.
Cierro este artículo con la exhortación que el mismo Pablo nos hace en la primera carta a Timoteo:
“Lo que recomiendo es que, en primer lugar, hagan oraciones por todos; rueguen y supliquen que Dios tenga misericordia de ellos, y denle gracias. Esto es bueno y agrada a Dios, nuestro Salvador, porque él anhela que todos se salven y conozcan la verdad.”
1 Timoteo 2:1, 3-4 NBV
Cuando suplicamos por la salvación de otros hacemos una oración que agrada al corazón del Padre.
Dios te bendiga, querido amigo.
Marcos Zúniga