Para comenzar quiero hacerte una pregunta: ¿Te han hecho una advertencia alguna vez en la vida?
¡Claro que sí! A todos nos pasó que nuestra mamá nos dijo algo como: «Sí tocas eso te vas a quemar…» Y posiblemente después regresamos llorando porque nos hemos quemado.
También, estas últimas semanas ha sido un tema mundial el avance del Coronavirus, ¡Y cómo se hacen advertencias! Por ejemplo, eso de lavarse las manos o de taparnos cuando tosemos, etc.
Ahora bien, las consecuencias de rechazar advertencias pueden durar unos días (como una gripe) o toda la vida, como en menos de un minuto nos advierte este pequeño vídeo:
Y este pasaje de las Escrituras nos advierte de algo que puede llegar a costarnos la vida misma:
«Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.»
1 Timoteo 4:16
Un par de tres puntos a resaltar de este pasaje son:
1. Ten cuidado… de ti mismo…
Este es un mandamiento, no hay medias tintas: ¿Lo estoy cumpliendo o no? No hay más opciones…
Pero, cualquiera podría preguntarse: ¿Porque tendría que cuidarme de mi mismo? Pues por varias razones, consideremos estos pasajes:
«Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?» (Jeremías 17:9)
«Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.» (Marcos 7:21-22)
«Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él…» (Proverbios 23:7a)
Sí hay algo en lo que podríamos cuidarnos de nosotros mismos es: ¡Yo debo cuidarme de mis pensamientos! Porque nadie es MÁS responsable de cuidar mi corazón que yo… Y lo mismo aplica para ti.
Mis pensamientos me llevan a estar en riesgo:
- Cuando me creo que soy Dios y sé lo que otros están pensando: «Fulan@ me quedó viendo feo… A saber porque...»
- Cuando estoy muy triste y pienso cosas como: «No valgo nada… No sirvo para nada… Nadie me quiere…»
- Cuando me amonestan, uno corre el riesgo de pensar: «Y porque mejor no arreglas tu vida en vez de meterte en la mía…»
- Cuando estoy muy enojado uno hace y dice cosas que realmente son peligrosas…
¿Y tú qué cosas piensas? ¿Crees que es necesario cuidarte a ti mismo de tus pensamientos?
2. Ten cuidado… de la doctrina…
En una ocasión a Jesús le hicieron una pregunta muy mal intencionada, bueno, en varias ocasiones sucedió eso; pero esta vez dijo algo muy interesante en su respuesta:
«Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.»
Mateo 22:29
Seré breve: Es un error no conocer las Escrituras.
¿Y tú, en que basas lo que piensas? He conocido personas que todos sus puntos de vista los fundamentan en imágenes con mensajes bonitos que ven en Facebook, ¡Y hay un peligro allí! Facebook NO es la Biblia…
La base para los temas importantes y no tan importantes de la vida no deberían ser los pensamientos que nos gustan sino lo que la Biblia dice.
Algunos ejemplos:
- No voy a ir al grupo o a la Iglesia, es que tengo mucho que hacer o me duele la cabeza… ¿Qué dice Dios? No dejando de congregarse (Hebreos 10:25).
- ¡Eso de respetar a mi esposo / Eso de amar a mi esposa es imposible! … Dios no lo hubiera dejado en Su Palabra si fuera imposible (Efesios 5:33).
- Estos mandamientos son difíciles de cumplir… Cuando Dios dice «NO», está diciéndonos: «No te hagas daño» (Deuteronomio 11:26-28).
Cuando no cuido la doctrina, entonces tomo decisiones basado en el aire y los resultados son de temer.
3. Persiste en ello…
Se trata de persistir en cuidarme a mí mismo y cuidar la doctrina, pero el problema es que somos muy malos persistiendo… En horas, días o semanas se nos olvidan nuestras metas y proyectos.
¡Pero en 1 Timoteo 4:16 hay una promesa! Sí persisto en cuidarme a mí mismo y cuidar la doctrina que manejo, entonces ¡Voy a salvarme y a los que me oyen!
¿Salvarme? ¿De qué o quién? Pues todos los creyentes tenemos:
- Un enemigo interior: Mi corazón es engañoso y perverso…
- Un traidor silencioso: Mi carne, quiere pecar todo el tiempo…
- Un enemigo exterior: El diablo me quiere destruir…
Sí no crees esto es verdad es porque el diablo ya te engañó… Sí persistimos en cuidarnos de nosotros mismos y la doctrina, nos salvaremos de:
- Tener malas relaciones (familiares, amistades, trabajo, Iglesia…)
- Juzgar basados en malos entendidos
- Tomar decisiones equivocadas
- Reaccionar mal, pudiendo salir perjudicados
Despedida
El verso dice «Ten cuidado…» ¿Lo tendrás? Esa es una pregunta que necesita una respuesta y sólo tú la tienes… De mi parte deseo que sí tengas cuidado.
¡Dios te bendiga querido amigo!
Marcos Zúniga