Siempre creí que el primer aniversario de bodas era, por obvias razones, un momento muy especial.

Cuando comencé a visualizarlo pensé tantas opciones: ¿Un viaje al extranjero? Cotice tickets de vuelo y por las nubes, así que estaba difícil… ¿Un viaje por tierra a otro país centroamericano? Y bueno allí surgió la dificultad de cuadrar tiempos porque los traslados toman muchas horas y no podía pedir vacaciones con tan poco tiempo de antelación.

Entonces pensamos en una alternativa de viaje corto nacional que no supusiera mucho tiempo de traslado y nos diera un tiempo a solas, de disfrute, piscina y relax a Karina y a mí… Y allí más o menos comenzó a armarse lo que queríamos vivir en nuestro primer aniversario. Algo sencillo, pero significativo y especial.

Lamentablemente, todo comenzó a desvanecerse debido a una situación familiar difícil: un tío muy querido de Kari había fallecido en el extranjero y la repatriación de su cuerpo estaba pendiente, al final avisaron que llegaría el fin de semana previo al lunes de nuestro aniversario y en el que pensábamos salir de viaje. Eso nos dejó como en suspenso de no poder decidir nada porque no teníamos confirmación de sí íbamos a tener la vela y entierro esos días o no.

Luego, ese sábado en la tarde, mientras veía por la TV y celebraba como el Real Madrid ganaba su decimoquinta copa de Europa, comencé a sentir como se elevaba mi temperatura. Primero el termómetro marcó 39 y luego hasta 40 grados en la noche. El domingo amanecí sintiendo mucho dolor en la garganta y tuve que ir al médico…

La mayor preocupación era un posible caso de dengue, así que me indicaron hacer un hemograma a la mañana siguiente. En el mejor de los casos era alguna infección viral o bacteriana.

Conforme fueron pasando las horas del domingo se confirmó la vela del tío de Kari para esa misma noche a las 9:00 pm y el entierro era el lunes a las 9:00 am. O sea, nuestro lunes…

Quiere decir que la noche antes de nuestro aniversario pasaríamos hasta tarde en la vela, luego nuestro día especial comenzaría muy temprano en un laboratorio sacándome sangre, para después ir a la vela y entierro en el cementerio; en la tarde tocaba volver a la clínica para leer los resultados y en la noche en vez de disfrutar una cena romántica en un restaurante estábamos en una farmacia donde me inyectaron penicilina. Todo el mismo día.

Honestamente, nunca pensé que viviríamos un primer aniversario así, y más después de un primer año tan increíblemente bendecido para nosotros como matrimonio.

Así que siendo sinceros sí, hubo un momento en ese día que me entristecí. Y mucho.

Kari trato de animarme a no perder la paz y entonces recordé que estas situaciones que se salían por completo de mis manos estaban en las Manos de Dios.

Después, pensándolo bien, caí en cuenta que sí hubiéramos tenido un viaje al extranjero o algún paquete turístico comprado a nivel nacional habría sido súper incómodo o perderlo por lo de la vela y entierro o perdernos la vela y el entierro. Así que, era lo mejor no tener ningún compromiso.

Dios sabe lo que hace, aunque a veces las cosas no salen como unas las quiere o planea, eso no quiere decir que estén fuera de los propósitos de Dios. El SEÑOR tiene Sus planes, y éstos son de bien, no de mal, para nosotros.

¡Y la verdad es que estamos super contentos y agradecidos con Dios por haber llegado a cumplir nuestro primer año de matrimonio!

Ha sido un tiempo donde hemos visto la gracia de Dios moverse a nuestro favor de múltiples maneras y de tremenda bendición por el camino que juntos hemos recorrido. De igual manera estamos agradecidos con nuestra familia y amigos quiénes desde tempranas horas nos recordaron lo mucho que ellos también aprecian esta fecha.

Y es que a medida pasa el tiempo valoramos más el ser equipo, poder cooperar y ayudarnos el uno al otro, disfrutar el tiempo juntos; así como poner en práctica el amor al perdonarnos cuando nos fallamos. Ha sido bonito.

Hemos podido comprobar que al ser de un «yugo similar», tenemos convicciones parecidas y el deseo en nuestros corazones de querer agradar a Dios y de servirle juntos.

De verdad que cuando lo pensamos solamente podemos decir con gratitud: «Eben-ezer ~ Hasta aquí nos ha ayudado Dios«, y lo mejor es que lo seguirá haciendo siempre, porque Él es bueno.

La primera foto es de nuestra primera cita y la última foto es en nuestro aniversario, después del entierro almorzamos en Dennys.

La amo Karina, mi graciosa y bella bebita; y le agradezco a Dios por el regalo de nuestra unión… ¡Feliz aniversario 1+1 (1 año y 1 mes)!

El Primer Aniversario Que NO Planeamos

Marcos Zúniga


Discípulo de Jesús | Investigador en Formación | Máster | Ingeniero en Sistemas Computacionales | Promotor de Arte Dramático | Blogger


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